Después de casi tres décadas de angustia y búsqueda, la historia de Cándido* ha dado un giro inesperado. Reclutado por la guerrilla en el peligroso Darién cuando apenas contaba con 14 años, Cándido había perdido todo contacto y esperanza de reencontrarse con su familia. A su corta edad, tuvo que cargar un fusil que eclipsaba su pequeño tamaño y enfrentarse a la dura realidad del conflicto armado en Colombia.
En medio de la guerra, Cándido escuchó noticias desgarradoras: un grupo paramilitar había llevado a cabo una masacre en la vereda donde creció, desplazando a sus seres queridos. Sin rastro de ellos y con el peso del tiempo y la distancia, su búsqueda lo llevó por diversos caminos, incluyendo la búsqueda de un tío en Medellín. Pero, el destino fue esquivo y las respuestas tardaron en llegar.
El camino de Cándido fue largo y tortuoso. Escapó de la guerrilla, vendió refrescos en las calles y realizó varios cursos técnicos, siempre con la esperanza de volver a ver las caras familiares de su infancia. La solución vino en 2020, cuando se acercó a la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD). Aunque encontraron a varios miembros de su familia en Urabá, también descubrieron que tres de sus hermanos aún estaban desaparecidos.
Finalmente, el reencuentro tuvo lugar en Urabá, donde Cándido pudo abrazar a sus padres, ya envejecidos, y conocer a sobrinos y nietos de sus hermanas. “El impacto es que uno cree que los va a encontrar como los dejó”, expresó Cándido, aún conmovido por el encuentro.
A pesar de la alegría del reencuentro, la historia no termina aquí para Cándido. Con la esperanza siempre presente, sigue buscando a sus tres hermanos desaparecidos, con la esperanza de volver a reunir a toda su familia.
*Nombre cambiado por razones de seguridad.
Somos Notiriosucio, llámanos o escríbenos al 3218365504.