En el municipio de Acandí, Chocó, se está registrando un tráfico migratorio sin precedentes. Diariamente, unas 2.000 personas atraviesan esta localidad con la esperanza de internarse en la densa selva del Darién, un peligroso tramo en su intento por llegar a Estados Unidos. La mayoría de estos migrantes, según Darwin García Pérez, líder de la comunidad de Acandí, provienen de Venezuela. García Pérez señaló que “el 90% de los migrantes son venezolanos, quienes cruzan con niños y hasta adultos mayores.”
La situación se ha vuelto tan apremiante que líderes sociales han tenido que habilitar dos espacios como albergues para acoger a estos extranjeros. En un reciente informe, García Pérez reveló que “el flujo de migrantes, en especial venezolanos, sí aumentó, incluso tuvimos una semana donde pasaban unos 2.000 o 2.100 diarios”.
Pero este fenómeno migratorio no es exclusivo de Acandí. Esta semana, el Servicio de Fronteras de Panamá reportó el paso del migrante número 300.000 del año 2023, marcando un hito histórico. Para ponerlo en perspectiva, en todo el 2022, el total de migrantes registrados fue de unos 245.000.
Si bien este fenómeno ha representado un auge económico para Acandí, también ha traído consigo consecuencias en el ámbito de la salubridad. La comunidad y las autoridades están trabajando juntas para mitigar los impactos y garantizar un tránsito seguro para quienes emprenden este arduo viaje.
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