Un grupo de aproximadamente 300 indígenas oriundos de Bagadó-Chocó, que desde 2021 se refugian en la capital tras ser desplazados por la violencia de grupos armados, regresaron al Parque Nacional de Bogotá el pasado lunes 9 de octubre de 2023. La comunidad, que previamente había sido reubicada en la Unidad de Protección Integral (UPI) La Florida, expresó su insatisfacción con las condiciones actuales y su deseo de ser reubicados en un espacio más adecuado dentro de la capital.
El vocero de los indígenas, Miguel Santia, denunció la situación en la que se encuentran: “La comunidad, los niños, niñas y madres gestantes están durmiendo en el piso. No hay baños, educación ni salud. No regresaremos a La Florida y esperamos una reubicación”.
La problemática trasciende el desplazamiento inicial desde Chocó. De acuerdo con José Luis Murillo, líder de la comunidad, la mayoría de los miembros prefiere un asentamiento definitivo en Bogotá que el retorno a sus territorios en Chocó debido a los peligros que enfrentan allí.
La administración distrital, preocupada por los retos que implica un nuevo asentamiento en el Parque Nacional, ha iniciado conversaciones con los indígenas. Durante 2022, se vivió una situación similar cuando más de 500 indígenas Embera se asentaron en el mismo lugar, generando impactos medioambientales y desafíos sanitarios.
El secretario de gobierno de Bogotá informó a través de su cuenta de Twitter que: “En las últimas horas hemos dialogado con emberas presentes en el Parque Nacional, logramos que 40 de ellos regresen a los albergues temporales dispuestos por Bogotá, en los que han permanecido por dos años. Desde @GobiernoBTA seguiremos acompañando y buscando solución con gobierno nacional”.
Mientras tanto, se espera que las conversaciones entre las autoridades locales, el gobierno nacional y la comunidad indígena lleven a una solución que garantice el bienestar y los derechos de estos ciudadanos desplazados.
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