En estado de coma se encuentra el río Salaquí en Riosucio Chocó.

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La pujanza maderera y agrícola que hace varios años se sacaba a través de la cuenca del Salaquí, se ha venido acabando con la misma velocidad con la que crece los problemas de navegabilidad en este importante rio del municipio de Riosucio Chocó, que nace en la vertiente oriental de la serranía del Darién, cerca a la frontera con Panamá luego fluye hacia el este antes de desembocar al río Atrato.

Da nostalgia recordar que hace tan solo un par de décadas, cada semana varias embarcaciones, especialmente las lanchas que cubría la ruta Riosucio-Cartagena, salían cargadas rumbo a la Heroica, con miles y miles de plátanos, que por cierto, podrían ser los de mayor tamaño y de mejor sabor de toda la región, o por no decirlo, del país.

Y no es que el plátano de Salaquí, haya perdido sus características, al contrario; siguen siendo una fruta robusta, a la hora de cocinarlo su concha no es para nada difícil de despegar; su agradable sabor y textura son un distintivo que lo hace especial y lo diferencia de cualquier tipo de esta fruta, que se coseche en otras regiones de Colombia.

Lo que viene diezmando, no solo la bonanza del plátano de Salaquí, sino también la comercialización maderera y otros productos que se extraían constantemente de esta despensa agrícola de Riosucio, es que el su única vía de acceso está agonizando. El río Salaquí año tras año pierde profundidad, tanto que hoy días hay sectores donde los campesinos lo cruzan caminando y el agua ni siquiera alcanza a mojar sus rodillas.

El problema en la navegabilidad se agudiza con el pasar del tiempo, esto a pesar de que sólo en los últimos años al cauce del río Salaquí se le habrían invertido más de 7 mil millones de pesos, al menos en el papel. Inversiones que poco le han aportado a la solución de la problemática de río, pues en los últimos 3 contratos, los mejoras en la navegabilidad solo han durado pocos meses después de acabado los trabajos. Tanto los recursos invertidos, como los cortos periodos de mejoras; se espuman con los nuevos taponamientos y el aumento en los niveles de sedimentación.

Intentar recorrer el Salaquí donde pese a las dificultades, sobreviven al menos 12 comunidades Afro y 7 comunidades Indígenas, es apreciar un profundo contraste entre las bondades de una tierra que emana leche y miel, y una desatención del gobierno y las instituciones que se niegan a garantizarles el derecho a vivir dignamente para lo que principalmente requieren estudios serios, seguido de obras serias que les devuelva la vida a su rio, además de la implementación de bancas carreteables para garantizar el transporte de los productos de este territorio.

Las poblaciones residentes dentro del área del río Salaquí, todo este tiempo han realizado jornadas para el destaponamiento del Río. Cuantos salaquiseños que estuvieron en la jornada de limpieza de 2013 recuerdan que después de una de estas duras jornadas comunitarias, lograron despejar una palizada, que impedía la movilidad pero que horas después de haber terminado la limpieza una creciente hizo que nuevamente se creara la palizada.

La diferencia en esa ocasión es que se trataba de hombres y mujeres que contaban con herramientas rudimentarias y con los aportes que en medio de sus limitaciones cada uno aportó a la olla comunitaria, comparado con las intervenciones de las autoridades que introducen maquinaria amarilla sin estudios previos y una contratación de miles de billetes que parecieran quedaran en el fondo del río ayudando a la sedimentación.

Los días sábado y domingo, se realizó una nueva jornada comunitaria para intentar mejorar la movilidad que se ve afectada en varios tramos del río Salaquí.

Pero qué lástima que pese a la triste realidad que viven no solo los campesinos de salaquí, sino de todas las cuencas pertenecientes a Riosucio, las autoridades no actúen consecuentemente, ni con auxilios a los productores ni con intervenciones planificadas y bien ejecutadas.

Uno se tiene que remontar mucho más allá en el tiempo de la pujanza del río Salaquí, para con otros ejemplos recordarles a los mandatarios y a los que aspiran a serlo, que ya en el territorio ha habido experiencias de grandes iniciativas empresariales, como la primera gran empresa agroindustrial del departamento del Chocó, pero ubicada en territorio Riosuceño, como lo fue el Ingenio Azucarero de Sautata, dedicada a la producción de azúcar durante más de 50 años, entre 1923 a 1941, tenía más de 400 trabajadores y 5.000 hectáreas de extensión, 18 kilómetros de rieles para locomotoras que cargaban la producción de la zafras. Sautata se convirtió en el primer intento de la creación de una empresa agroindustrial, llevada a cabo por parte de los hermanos abuchar; comerciantes de origen Sirio, que lograron convencer a empresarios puertorriqueños para crear una fábrica de azúcar, que por años se constituyó en símbolo del empuje y progreso.

El final de Sautata, se da, después de que sus instalaciones fueron trasladadas al Valle del Cauca. Hoy donde quedaba el ingenio Azucarero de Sautatá, funciona la entrada por el Atrato al parque Natural Nacional los Katios.

 

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