Por: Isnardo Garcés Muñoz
Riosucio, corazón del Atrato, clama por soluciones urgentes. Sus habitantes, quienes han sabido convivir con la naturaleza y sus desafíos, hoy se enfrentan a una crisis infraestructural que pone en riesgo su movilidad y calidad de vida.
Los puentes peatonales, vitales para la comunicación entre comunidades y el acceso a servicios básicos, se encuentran en un estado deplorable. Construidos con ingenio para sortear las inundaciones, estos puentes de madera y palafitos se deterioran día a día por la falta de mantenimiento. Cada paso sobre ellos es un riesgo, una amenaza latente para quienes no tienen otra alternativa.
Pero los problemas no se limitan a los puentes. Los ríos, arterias vitales para el transporte de personas y mercancías, se encuentran cada vez más innavegables. La falta de dragado y la sedimentación han reducido su calado, dificultando el acceso a las comunidades ribereñas. Paralelamente, la vía carreteable, en mal estado, dificulta el transporte terrestre y encarece los costos de los productos.
Ante este panorama desolador, la ausencia de un liderazgo efectivo por parte del alcalde es evidente. A pesar de los recursos que ingresan al municipio, como los del Sistema General de Participaciones (SGP) y la devolución del predial unificado, las soluciones parecen estar en el limbo. La retórica política ha sustituido a la acción, y la comunidad se pregunta cuándo verá reflejados los recursos públicos en mejoras concretas.
Es urgente que las autoridades municipales tomen cartas en el asunto y elaboren un plan integral para solucionar esta crisis. Se requiere una inversión significativa en infraestructura, pero también un cambio de enfoque que priorice soluciones sostenibles y respetuosas con el medio ambiente.
Algunas alternativas a considerar:
La construcción de nuevos puentes y la reparación de los existentes deben utilizar materiales duraderos y amigables con el medio ambiente, como maderas tratadas y estructuras metálicas.
Es fundamental establecer un programa de mantenimiento regular de la infraestructura vial y fluvial, para evitar su deterioro prematuro.
Dragado de ríos: Se deben realizar trabajos de dragado periódicos para mantener la navegabilidad de los ríos y facilitar el transporte de mercancías.
Es crucial involucrar a las comunidades en la identificación de las problemáticas y en la búsqueda de soluciones, fomentando así la apropiación de los proyectos y garantizando su sostenibilidad.
La crisis infraestructural en Riosucio es un llamado a la acción. Es hora de que las autoridades locales y regionales trabajen en conjunto para brindar a los habitantes de este municipio las condiciones de vida que merecen. Un futuro mejor para Riosucio es posible, pero requiere de un compromiso real y decidido por parte de quienes tienen el poder de transformar la realidad.
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