En un gesto de esperanza y alivio, la Diócesis de Istmina ha expresado su gratitud hacia el Ejército de Liberación Nacional (ELN) por poner fin al paro armado que había afectado severamente la región del Pacífico, particularmente Chocó. Esta acción ha sido recibida con alivio por los residentes de Istmina, quienes ahora esperan vivir un diciembre en tranquilidad.
El Monseñor Mario Álvarez, obispo de Istmina, ha sido una voz clave en esta situación, agradeciendo al ELN por el cese de la violencia que había atormentado a la comunidad. Su mensaje resalta la importancia de la serenidad y la reunión familiar en este tiempo festivo, subrayando la oportunidad para que los habitantes celebren con sus seres queridos.
Más allá de este agradecimiento, Monseñor Álvarez ha extendido un llamado a otros grupos armados, instándolos a dejar las armas y a contribuir en la construcción de la paz en Colombia. Resalta la necesidad de un alto al fuego multilateral para poner fin a la violencia y el acoso que azotan la nación. Este llamado refleja un deseo profundo de paz y estabilidad en la región.
En un acto de solidaridad y apoyo, la Diócesis de Istmina anunció su intención de visitar las comunidades del Medio San Juan, llevando regalos y ayudas, un gesto que simboliza la esperanza y el compromiso de la iglesia con el bienestar de las comunidades afectadas. Este esfuerzo demuestra el papel activo de la Diócesis en el apoyo y la reconstrucción de las comunidades tras períodos de conflicto, enfatizando su misión de paz y solidaridad en tiempos difíciles.
