En un acontecimiento lleno de esperanza y resiliencia, 180 miembros de la comunidad indígena Emberá de Tadó, Chocó, han comenzado su retorno a sus territorios ancestrales después de alcanzar un acuerdo con el Gobierno Nacional. Este avance se produce tras una serie de desplazamientos forzados causados por el reciente conflicto armado en la región.
Desde la madrugada del lunes 4 de diciembre, la comunidad Emberá, escapando del conflicto armado en Chocó, se refugió en la terminal de transportes de Bogotá. Ante la imposibilidad de establecerse en el terminal, se trasladaron al parque Tercer Milenio. Durante su estadía en la capital, la Alcaldía de Bogotá intentó brindar apoyo, pero la comunidad insistió en la necesidad de un diálogo directo con el Gobierno Nacional, exigiendo la implementación de acuerdos de seguridad y apoyo prometidos desde agosto.
El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) intervino para atender a los menores presentes, enfocándose en su bienestar y protección integral. Por su parte, la Defensoría del Pueblo tomó un papel activo en escuchar y documentar las declaraciones de los miembros afectados de la comunidad. Según la entidad, se recogieron testimonios sobre las amenazas que motivaron el desplazamiento.
Las negociaciones entre los representantes de la comunidad Emberá y el Gobierno, que inicialmente parecían estancadas, finalmente dieron frutos. El Espectador reportó que, según fuentes de la entidad, al menos 180 indígenas han iniciado su regreso a Chocó tras la firma de un acuerdo. Aunque los detalles específicos del acuerdo no se han revelado completamente, se espera que el Gobierno asegure las condiciones necesarias para un retorno seguro y tranquilo de la comunidad a sus tierras.
Este retorno marca un momento significativo para la comunidad Emberá de Tadó, simbolizando no solo el regreso a su hogar, sino también un paso adelante en la lucha por sus derechos y seguridad en medio de las complejidades del conflicto colombiano.
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