La vida de los chocoanos, a 28 años de la vigencia de la Ley 70.

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“Los males a una región olvidada que el Estado calla y esconde”

Por el Lic. Francisco Aurelio Mena Rodríguez. Pachera44@gmail.com

Con la sanción presidencial de lo que, por oficio, se llamó Ley 70 de 1993, llamada extraoficialmente ley de Comunidades negras de Colombia, el pueblo soñó con el reconocimiento étnico y cultural, negado históricamente por la sociedad y las instituciones oficiales nacionales. También con el fin de la discriminación y la inequidad, y por último, que el Estado empezaría a saldar la deuda social que tiene con los pueblos negros e indígenas del Chocó, desde la esclavitud.

Sin embargo, esas deudas siguen engordando, sin que el territorio reciba una educación acorde con la etnia y la cultura, mayor atención a la salud y reduzca las variables del abandono y el desempleo.

Pero no. ¡Eso no es lo que tienen pensado en las élites! A pesar de la actividad diocesana del “Atratiando”, el río continúa inhabilitado al tráfico comercial por los paramilitares, sin contribuir en la mejoría de la calidad de vida de los pobladores, las instituciones, principalmente educativas, no se dieron por enteradas. A pesar de la presencia de varios destacamentos militares en la zona, todo sigue con tendencias a empeorar.

¿Puede un Estado mejorar las condiciones de un pueblo, sin la acometida de obras de infraestructura que generen empleo y, por supuesto desarrollo a las familias? ¿Qué decir de un mercado familiar que en 20 años se ha reducido a menos de la cuarta parte? ¿Qué tal de unas entidades estatales que no protegen a sus connacionales de los grupos fuera de la ley a los que sólo se mencionan la prensa y las fuerzas del orden a conveniencia de los poderosos?

¿Puede un departamento como el Chocó, sin carreteras y la mayoría de sus municipios desconectados de su capital por vía terrestre, y toda su ruralidad en el ostracismo, ser factor de desarrollo para sus habitantes?
A manera de comparación, Antioquia tiene más de 30.000 kms de carreteras, y solo dos municipios -en el Atrato- carecen de ellas; tienen túneles y carreteras 4G, reemplazando tramos que otros territorios necesitan con urgencia. El Chocó solo cuenta con menos de 400 km. ¿Es ésta la demostración de equidad que los gobiernos deben administrar el PIB?
Valioso sería que el magisterio y la universidad del Chocó se untaran de pueblo, abandonando su ceguera, dejando el eurocentrismo que solo ha generado estupor, falsas expectativas y letargo e implementaran una formación pertinente, ajustada a las condiciones económicas, históricas, medioambientales, naturales políticas y sociales reales del territorio y la cultura.

¡Solo la educación afrocolombiana, inyectará elementos nuevos, conciencia y valores genuinos a la sociedad chocoana del futuro…!
¡¡¡Esas regiones abandonadas deben exigir atención educativa étnica y cultural especial, que prepare a las nuevas generaciones fuera del apasionamiento, el estupor y la dependencia!!!

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