Con la llegada de la pandemia al país, también llegaron las restricciones. El presidente Duque, ordenó el aislamiento preventivo obligatorio en todo el territorio nacional. Desde entonces gradualmente se viene implementado aperturas graduales en los diferentes sectores de la economía.
El transporte fue uno de ellos. Al inicio era prohibido movilizarse de un municipio a otro, pero con el pasar del tiempo las restricciones en la movilidad se fueron flexibilizando. Los colombianos empezaron a viajar entre municipios, luego se permitió el transporte entre regiones o departamentos y por último los viajes trasnacionales.
La reactivación del transporte también debió surtir un proceso dentro de los protocolos de bioseguridad, primero se redujo el aforo en los vehículos del transporte público, después se aumentó el número de personas que podían viajar en dicho transporte. Bajo estas circunstancias los usuarios vieron afectados sus bolsillos por la necesidad de viajar.
A menor cantidad de pasajeros más costoso eran los pasajes. En el Caso de Riosucio Chocó, antes de la pandemia viajar por el rio Atrato desde este municipio hacia Quibdó la capital, un pasaje tenía el valor de $140.000 y hasta Turbo en el Urabá Antioqueño el costo era de $45.000 por persona.
Luego se habilita el transporte en ambas rutas, pero con las disposiciones antes mencionadas, es decir, reducción del aforo y demás medidas sanitarias. El valor del pasaje queda de la siguiente manera: Si un habitante de esta población ubicada en todo el corazón del Bajo Atrato, deseaba viajar entre Riosucio y Quibdó, debía pagar hasta $300.000 y en el caso de la ruta Riosucio – Turbo el pasaje tuvo un incremento de más del 50% en ocasiones superando $ 100.000.
Simultáneo al incremento de los pasajes, nuestro sistema informativo recibió varios reporte de pasajeros inconformes ya que al parecer algunos conductores de las embarcaciones (lanchas Rápidas) incumplían las medidas en cuanto a la reducción del aforo y que incluso, como en tiempos normales, llenaban las embarcaciones pero sin rebajar el valor del pasaje.
Desde hace algún tiempo, Riosucio vive una normalidad preocupante, aun cuando Colombia atraviesa el segundo pico de la pandemia con elevados reportes de nuevos casos en los últimos días. El sector del transporte hace parte de esa normalidad, algunas embarcaciones y vehículos del transporte terrestre se mueven ocupando todos sus puestos, siempre y cuando la demanda del servicio lo permite. Lo que no ha cambiado como se esperaba, son los precios. Las tarifas que un pasajero pagaba antes de la pandemia parece que son cosas del pasado.
En la actualidad, el pasaje fluvial hacia Quibdó, desde Riosucio, tiene un valor de $250.000 y hasta Turbo Antioquia, sigue rondando los $100.000 En cuanto al transporte terrestre aunque el incremento fue también elevando al inicio de la reapertura, tenemos que decir que bajo considerablemente. Por ejemplo: Actualmente viajar entre Riosucio y el corregimiento de Belén de Bajirá, tiene un costo de $25.000 El mismo trayecto antes de la pandemia tenía un valor de entre $18.000 y $20.000 El incremento está presente en todas las rutas intermedia, en el recorrido terrestre Riosucio – Turbo.
El incremento en los precios en medio de la pandemia se han reportados en varios sectores, uno de los más afectados fue el de los elementos de bioseguridad como guates, tapa bocas, alcohol, entre otros. Las alzas en los precios de estos servicios continúa siendo una realidad presente en varios rincones del país.
“Yo soy quizás unas de las personas que más viajó en Riosucio, por mis ocupaciones. Desde que se abrieron las rutas y se puede viajar me he visto realmente afectado, el incremento es de hasta el 200% ya me da más miedo tener que pagar ese montón de plata que llegar a salir contagiado” Dice con un poco de humor un ocupante del transporte intermunicipal en Riosucio Chocó.
“Uno no les puede pedir que hagan un viaje con pasajeros que les genere pérdidas, pero hay algunos que realmente abusan. Si la panga va llena deberían rebajar el pasaje” insistió.
Riosucio tiene una historia que algunos recuerdan sobre cómo por un acontecimiento violento los pasajes hacia Turbo se incrementaron drásticamente y no volvieron a su precio habitual. Según los datos, el hecho aconteció en 1994 con el asesinato de un panguero en villa Rufina sector de llamarada. Por temor a nuevos asesinatos de los transportadores para la fecha, se paralizó el transporte que cubría dicha ruta. Nadie quería viajar, no había disponibles ni conductores, ni pasajeros.
La reapertura de la ruta tardó un tiempo, hasta que el temor disminuyó y los pangueros estaban listos para viajar. Pero las embarcaciones no alcanzaban a contar con todos los pasajeros, entonces las personas que deseaban viajar debían pagar el doble del valor del pasaje o cubrir el excedente del precio del viaje.
El caso es que aún que después la ruta se normalizó y las embarcaciones viajaban repletas de pasajeros el valor del pasaje nunca volvió a ser como antes de la época del asesinato.
Algunos usuarios del transporte en Riosucio, les preocupa que se vaya a repetir la historia. Que después de la pandemia o incluso ahora cuando algunas pangas ocupan todo su aforo el pasaje siga en $250.000 hasta Quibdó y no $140.000 como antes y $100.000 hasta Turbo y no $45.000 como antes de la pandemia.
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