Las inundaciones continúan siendo una de las principales amenazas para la población de riosuceña. En los últimos años, las lluvias han traído consigo desbordamientos del río Atrato, afectando la movilidad de los habitantes y provocando situaciones críticas, entre ellas, la lamentable muerte de niños por inmersión.
Ante este panorama, la administración municipal, a través de la oficina de gestión del riesgo, avanza en la instalación de estructuras provisionales en los puntos más golpeados por la creciente del río. Estos puentes, aunque improvisados, representan una alternativa necesaria para garantizar el paso de personas en sectores donde el agua interrumpe por completo la comunicación entre barrios y veredas.
La situación se agrava por la sedimentación que desde hace décadas afecta el cauce y la desembocadura del río Atrato, lo que facilita su desbordamiento durante la temporada de lluvias. Sin embargo, cuando cesan las precipitaciones y baja el nivel del río, los riesgos no desaparecen: los derrumbes de las orillas se convierten en otro peligro latente.
Frente a esta compleja realidad, se hace urgente una solución de fondo para atender tanto la vulnerabilidad estructural como las causas ambientales que siguen generando emergencias en el municipio. Mientras tanto, las acciones en marcha buscan dar una respuesta mínima a una población que convive entre el agua y la incertidumbre.
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