La devastación llegó al hogar de Silvia Conto Moya la mañana del 3 de marzo. Su vivienda, ubicada en el barrio Benjamín, sector Casas Quemadas “El Primero de Mayo”, se desplomó ante sus ojos, dejándola en la calle junto a sus cinco hijos. En medio de la tragedia, una sola certeza le reconforta: ella y sus hijos están vivos. Sin embargo, la historia no termina ahí.
Un día después, el 4 de marzo, nuestro medio de comunicación volvió al lugar para conocer de primera mano la situación de Silvia. Lo que encontramos fue desgarrador: la mujer, en medio de la inundación del sector, navegaba rescatando los trozos de madera que aún podrían servirle. Entre el lodo y el agua, intentaba salvar lo poco que quedaba de lo que hasta el día anterior había sido su hogar. Pero, aún más alarmante, era la ausencia de respuesta de las autoridades.
A pesar de la magnitud de la tragedia y del llamado desesperado por ayuda, la oficina de atención y prevención del riesgo no se había hecho presente. Ni un albergue, ni alimentos, ni siquiera un pronunciamiento oficial. Silvia y sus hijos pasaron la noche refugiados donde familiares, con la incertidumbre de no saber si alguien vendría en su auxilio.
Ante este panorama, surgen preguntas inevitables: ¿Qué está pasando con la respuesta humanitaria en Riosucio? ¿Se perdió la empatía en la administración municipal? ¿El alcalde ha endurecido su corazón al punto de ignorar la desgracia de una madre que lo ha perdido todo? Mientras Silvia lucha por recoger los pedazos de su vida en medio del agua, la indiferencia de las autoridades deja un mensaje claro: la tragedia de los más vulnerables no parece tocar los despachos del poder.
Desde nuestro medio, hacemos un llamado urgente a la administración municipal para que tome acción inmediata. Silvia y sus hijos necesitan un techo, comida y atención. La comunidad no puede ser la única en responder cuando hay instituciones encargadas de proteger y asistir a quienes lo han perdido todo.
La solidaridad sigue siendo la única esperanza para Silvia Conto Moya. Aquellos que deseen brindarle apoyo pueden comunicarse con ella al número celular 3219758549. Pero más allá de la ayuda ciudadana, es hora de que las autoridades demuestren que aún les importa el sufrimiento de su gente.
La pregunta sigue en el aire: ¿Seguirán ignorando su dolor?
Somos Notiriosucio, llámanos o escríbenos al 3218365504.